Hace algo más de un mes que se recogía en este blog el revuelo ocasionado por el convencimiento que tenía el profesor George M. Church de poder crear un bebé neardental y de que esperaba a una mujer lo suficientemente valiente para engendrarlo:
En una extensa entrevista con el diario alemán Spiegel, Church no solo considera técnicamente posible resucitar a los neandertales, sino que aboga por clonar un buen número de ellos, de forma que les sea facil adquirir una auténtica conciencia de grupo. «Es posible -razona el científico- que puedan incluso llegar a crear una nueva cultura neoneandertal y convertirse en una fuerza política».
En su nuevo libro «Regénesis: Cómo la biología sintética reinventará la naturaleza y a nosotros mismos», Church juega con la idea de una «segunda creación» del ser humano, una que, a diferencia de la primera, será protagonizada por el propio hombre. (¿Dar a luz a un bebé neardental… en la actualidad?)
Esta y otras afirmaciones, que parecen más propias de un libro o película de ciencia ficción, no son sostenidas por un escritor del género o un frikie, sino por un profesor de genética de la Universidad de Harvard, considerado además por el también miembro de Harvard, psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista y escritor, Steven Pinker, como uno de los «científicos más brillantes del mundo». En la camisa de este libro, tan significativamente titulado Regenesis, se argumenta:
Imagina un futuro en el que los seres humanos se han vuelto inmunes a todos los virus, en el que las bacterias pueden generar sin esfuerzo productos de uso diario, como una copa para beber, o producir suficiente electricidad o biocombustible para dejar de depender del petróleo. Levantar una casa nueva no requeriría más preocupación que la de plantar una semilla.
En Regenesis, [los autores] Church y Regis exploran las posibilidades (y peligros) del campo emergente de la biología sintética. La biología sintética, mediante la cual organismos vivos son alterados selectivamente por la modificación de partes sustanciales de sus genomas, abre la puerta a la creación de especies de organismos completamente nuevas. Hasta ahora, la naturaleza ha sido el árbitro único de la vida, la muerte y la evolución; con la biología sintética, tenemos ahora el potencial de escribir nuestro propio futuro biológico.
Hay un ejemplar de Regenesis en la Biblioteca, con la signatura 66.098 CHU reg.