Archivo mensual: agosto 2013

Elogio de las malas hierbas

Hasta no hace mucho tiempo, en los extrarradios de las ciudades era fácil encontrar piedras en el suelo y seguir el ciclo de las estaciones en las plantas y animales de los solares sin construir, calles sin arreglar y campos cercanos. Para quienes no han vivido en pueblos, estos lugares eran la primera forma de conocer e interesarse por la naturaleza, contemplando hormigas, lagartijas, gorriones, golondrinas, vencejos y aviones, margaritas, cardos, saramagos, malvas…

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En lo que respecta a las plantas, las malas hierbas han gozado de una fama tan penosa que, en idiomas como el español, incluso les viene pegada en el nombre (como, aunque por otras razones, al pájaro bobo y a la tortuga boba). «Malas hierbas», «maleza», «planta indeseable»… sólo en los últimos años se han empezado a usar denominaciones más neutras y científicas, como «arvense» o «ruderal». En un principio, se podría entender por tal la planta sin beneficio que estorba o ahoga la planta productiva. La Biblia lo expresa de una forma sencilla y hermosa:

Un sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, sucedió que parte de la semillas […] cayó entre los espinos. Y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. (Mc 4, 1-9)

Pero sucede también que especies beneficiosas en un terreno, pueden no serlo en otro, como aquellas ornamentales que acaban chafando los cultivos locales, o en otro país, o en otro continente, de modo que al final una mala hierba (que a veces tiene bastante poco de hierba, caso del eucalipto) acaba siendo aquella planta que crece en un lugar donde no se la desea.

Plumeros

Cortaderia selloana, conocida sobre todo como plumero, planta originaria de Sudamérica, de uso ornamental y considerada invasora en España. Ejemplares en Salamanca, frente a la estación de bomberos. Fuente: Google Maps.

Buena parte de estas plantas, en especial las ruderales, presenta unas capacidades asombrosas para nacer las primeras y crecer velozmente en tierras recién removidas o en lugares inverosímiles como cornisas y grietas de edificios o carreteras.

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Todo esto ha despertado el interés científico en ellas, cambiando el modo en que se las considera pues, como bien se dice en inglés, there is more than meets the eye; tal es el caso de la Arabidopsis thaliana:

Pese a que está emparentada con numerosas plantas comestibles como la col, el nabo o la planta de la mostaza, esta especie no tiene interés comercial. Pero en el ámbito científico esta (mala) hierba acapara más atención que otras especies más bellas y exuberantes, con mayor importancia económica o las que ya tenían una tradición en la investigación. En el año 2000 se obtuvo la secuencia de su genoma, siendo el primer genoma de planta secuenciado. (http://www.seresmodelicos.csic.es/planta.html)

Arabidopsis

http://www.dicyt.com/viewItem.php?itemId=3768

Para quien quiera hacer una primera aproximación al estudio de estas plantas, la Biblioteca dispone de, entre otros, estos interesantes recursos:

Imperialismo ecológico, de Alfred Crosby, dedica un excelente capítulo titulado tal cual, «Malas hierbas», dentro de un libro cuya lectura es una delicia. (signatura: 504 CRO imp)

Plantas silvestres de Castilla y León tiene un capítulo extenso y valioso dedicado a las plantas nitrófilas y ruderales (p. 359-449), apareciendo especies tan conocidas (e inadvertidas) como la cebadilla ratonera, el estramonio, la ortiga ciega o la malva. (582 PLA pen)

Weeds: the story of outlaw plants: magnífico libro que presenta de forma muy amena la historia natural y cultural de estas plantas «fuera de la ley». Conviene tener un diccionario bilingüe al lado para identificar la cantidad de plantas citadas. (632.51 MAB wee).

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